Condenarte al olvido

Tengo miedo a salir,
asomandome a la ventana
ya noto el frio de la noche,
y recuerdo por si en un momento
lo he olvidado,
que no estas conmigo.


Siento que el frio hace estragos
en mi fragil piel,
y noto como el aliento de calor
que siempre creí tuyo en mi,
me abandona y se esfuma con el viento,
mientras que ni acariciandome a mi mismo,
noto conseguir un calor suficiente
para resistir en esta dura travesia.


Y cómo puedo caminar
si es mirar ahora a la luna
y cegarme con su luz...

y cómo mirar adelante
si las lagrimas
no me permiten ver el horizonte.


El destino te ha acechado
desde el primer momento
que apareciste en mi vida
y ha conseguido arrebatarte de mi,
has desaparecido,
como si fueras un sueño,
una sombra, un vago recuerdo,
una ilusion contradictoria.


La melancolía me axfisia el alma,
el miedo me ha alcanzado,
la inseguridad se apodera de mi voluntad,
y el sin vivir se hace presente
planteandome un oceano de dudas,
de mi existencia, de preguntas sin respuesta.

El destino me ha abofeteado con crueldad,
y no se ha conformado por derrumbarme totalmente,
herido de muerte me ha dejado,
con una agonía que tendré que superar
para seguir viviendo,
con una espina clavada que habré de sacarme
si realmente quiero seguir adelante.

Me curaré y volverá a por mi,
la oscuridad se cierne sobre mi,
como la locura y el desasosiego
que hacen su juego espectacular
en mi persona,
nublando mis sentidos,
casi como drogandome,
dejandome aparte de confundido,
en un estado donde me hallo aturdido.

Me ahogo entre tanto acontecimiento
inexperado,
me sofoco con solo pensar
que tendré que hacer ya mañana,
no me atrevo a pensar a dar un paso
si ya soy consciente que te he perdido.



No soy autosufiente,
no soy independiente
como la vida me ha obligado a ser,
no quiero seguir el resto de mis dias
curandome todas las heridas que me hagan,
no quiero estar y afrontarlo solo,
¿acaso dios no puede compadecerse de mi
y tomar cartas en el asunto,
para que se manifieste cuando le imploro
lleno de fe y sin abandonar ningun segundo,
y solamente escucho su silencio en el vacío?

La vida se está esfumando de este cuerpo mortal,
y esta dejando inerte un corazon que por él
palmitaba emocionado y lleno de energia;
he perdido a ese angel que siempre me acompañaba,
aquel que se puso en mi camino y ahora se me arrebata,
me quedo solo y resignado,
como cordero en el matadero
y sabe que espera para ser sacrificado.