Ya no hay existe principe azul
que nos despierte con un dulce beso,
ya de nada sirve que el hada nos ayude
si del amor ya no se vive ni se ve.
que nos despierte con un dulce beso,
ya de nada sirve que el hada nos ayude
si del amor ya no se vive ni se ve.
Ya no hay caballeros ni princesas,
ni cortejo ni enamoramiento largo pero profundo,
la Edad Media ya quedó atrás
ni cortejo ni enamoramiento largo pero profundo,
la Edad Media ya quedó atrás
y el Romanticismo parece ser que mucho mas,
no somos conscientes de adonde nos dirigimos
con tanta rapidez, soltura y atrevimiento,
a gozar del carpe diem
y a no tener una espera en el juego de la sedución,
de seductores y seducidos,
de complicidades,
miradas, palabras, caricias,
espera satisfecha tras minutos, horas y dias en ausencia,
espera que merece la pena sentir, para ser recompensado,
sabores, versos, rimas, detalles,
que hacen latir mas aprisa tu corazon,
que te elevan a un paraiso donde la ternura
es la manifestación de la sensualidad de una rosa
o sentir el amor entre sus petalos
rodeado de esencia de fresco clavel,
donde un beso humedece tu piel
como rocío natural
que baña los campos cada amanecer.
Ya se ha perdido el silencio,
ya se ha perdido la sensacion
de la contemplación del atardecer,
ya los corazones no palpitan ni se inmutan
ante la muerte del sol y el nacimiento de la luna,
ya el alma está cerrada en una caja
con llave perdida en un lugar
donde la perdición, el pecado y la lujuria
mandan como amos
a esclavos contentos, pero sin ley.
Ya la oscuridad ha quedado relegada
a cumplir la funcion de la luz del dia,
ya la luna pasa inadvertida
y no hace ruborizarse a corazones solitarios,
con esperanza, con caricias, con dulzura como la miel.
Ya no hay misterio,
ya la curiosidad se alcanza en minutos
cuando en mas tiempo te hacía enloquecer,
de amor, pero seguías siendo tu.
Ya la persona vende su alma al pecado,
como si la vendiera al mismo lucifer,
porque siendo superficial en esta vida,
podrás gozar segundos pero no sentirte persona,
dependiendo del goce instantaneo
de algo que no conmueve a tu corazon,
ni hace sentir mariposas en tu estomago,
cuando tu sexo goza entre sabanas
con un extraño, en un juego de roles,
donde el amor no tiene cabida,
y solo impera la satisfación del propio placer.
Egoismo mezclado con hipocresía
que nos alcanza a todos,
unos caen enseguida
y otros por mucho que luchen,
correran pero lo haran heridos
y serán atrapados como raton que corre inutilmente
mientras el gato con sus garras lo tiene a su merced,
como ciervo herido con flecha
de un cazador caprichoso que mata por placer.
Ya las musas y Cupido
se han vuelto al mundo paralelo,
donde el romanticismo sigue escondido,
con miedo de salir y desaparecer,
ya las estrellas no hablan,
y la luna sale pero calla en la noche,
ya la oscuridad no sabe para que envuelve el cielo
si nadie disfruta ya de la magia
que mas de una vez
un enamorado con otro
pudiera tener.
Ya las lagrimas no se derraman por las mejillas,
ya en publico no se ve,
todos fingimos bien el papel
mientras a solas nos las tragamos
y rogamos por dentro
que venga alguien, nos rescate y rompa este quehacer.
La hipocresia nos domina,
a mentir al abrir la boca
mientras las verdades de nuestro interior
se ahogan, se afixian y de nuestra garganta no salen.
Ya hemos dejado de ser nosotros mismos,
nos hemos alineado a lo que mejor viene
renunciando a lo que podemos ser,
olvidando lo que hemos sido
y mirando lo que somos respecto al ayer.
Ya no hay confianza para buscar a otro que nos ame,
ya no hay confianza para buscar a otro que nos escuche,
ya no somos nosotros mismos,
no tenemos alma, espíritu, ni en nuestro cuerpo sangre,
somos sombras, espirtus, espectros
que una vez, en un tiempo, supieron y apostaron a amar
y que en el tiempo presente,
cabizbajos y avergonzados,
callamos, otorgamos,
el silencio no es nuestra arma
mas bien un estado,
que si no se rompe pronto,
nos condenará a ser de la cobardia esclavos.
Ya sabemos qué podemos abrazar,
allá vosotros lo que decidais,
sentir que al final no sois nadie al ganar
pero seguis siendo los mismos
con vuestra esencia al perder.
A veces la recompensa,
la hallas cuando renuncias a lo que se te tienta a hacer
justo entonces se te regala algo,
premiando tu constancia,
premiando tu fe.
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