Jamás imaginé que la inocencia puediera ocultar lujuria y crueldad en sus filas,
más bien no lo hace,
todos sabemos que al tratar del diablo mismo, estamos ante un angel.
Creí que el amor mis súplicas acogería,
antes de venir a mi le rogué una tregua
para recomponerme de mis anteriores heridas.
Aceptó sin reproches,
lo que no pensé es que me daría mucho menos tiempo
del que humildemente le pedía.
Quise estar perdido, resguardarme de la luz el día,
ocultarme del mundo, ser yo mismo:
respirar quietud y huir de la melanconlía,
pero el amor me acechó de nuevo y desprevenido
me tocó con su gracia, se precipitó en volver otra vez a mi vida.
Puede que el creyera que me recompondría enseguida,
sabe que sin él estoy perdido, sin él es inútil buscar una salida.
El amor me besó mientras en la noche
en mi lecho me adormecía,
más no habló, dejé que entrará
valiéndose de un angel
en cuyas pupilas me reconocía.
Mientras le observaba atónito
no super que decir, tan solo acaté lo que me imponía,
mi cuerpo estaba tan embriagado
que no se percató de su flecha,
la cual me atravesaba el pecho de tal manera
que al principio no sintió herida.
Mas bien es cierto que mi corazon cicatrizaba,
totalmente no había sanado,
pero poco a poco el dolor se hizo notar
como fuego en carne viva.
Grité por el dolor y el amor se esfumó,
quedándose el ángel unicamente a mi vista,
quiso esta vez clavarme un puñal
que sujetando su muñeca le impedí.
Le miré y le noté sorprendido,
fracasó en su segundo intento
más bien creo que el consideraba normal
lo que sin éxito pretendía.
Mientras yo lloraba
como pude le dije en susurros:
"¿Vienes del eden, mi angel,
o en cambio mi alma es tu salvación para abandonar el infierno
al que fuiste condenado y en el que hasta ahora te consumías?
más bien no lo hace,
todos sabemos que al tratar del diablo mismo, estamos ante un angel.
Creí que el amor mis súplicas acogería,
antes de venir a mi le rogué una tregua
para recomponerme de mis anteriores heridas.
Aceptó sin reproches,
lo que no pensé es que me daría mucho menos tiempo
del que humildemente le pedía.
Quise estar perdido, resguardarme de la luz el día,
ocultarme del mundo, ser yo mismo:
respirar quietud y huir de la melanconlía,
pero el amor me acechó de nuevo y desprevenido
me tocó con su gracia, se precipitó en volver otra vez a mi vida.
Puede que el creyera que me recompondría enseguida,
sabe que sin él estoy perdido, sin él es inútil buscar una salida.
El amor me besó mientras en la noche
en mi lecho me adormecía,
más no habló, dejé que entrará
valiéndose de un angel
en cuyas pupilas me reconocía.
Mientras le observaba atónito
no super que decir, tan solo acaté lo que me imponía,
mi cuerpo estaba tan embriagado
que no se percató de su flecha,
la cual me atravesaba el pecho de tal manera
que al principio no sintió herida.
Mas bien es cierto que mi corazon cicatrizaba,
totalmente no había sanado,
pero poco a poco el dolor se hizo notar
como fuego en carne viva.
Grité por el dolor y el amor se esfumó,
quedándose el ángel unicamente a mi vista,
quiso esta vez clavarme un puñal
que sujetando su muñeca le impedí.
Le miré y le noté sorprendido,
fracasó en su segundo intento
más bien creo que el consideraba normal
lo que sin éxito pretendía.
Mientras yo lloraba
como pude le dije en susurros:
"¿Vienes del eden, mi angel,
o en cambio mi alma es tu salvación para abandonar el infierno
al que fuiste condenado y en el que hasta ahora te consumías?
No hay comentarios:
Publicar un comentario