En esta vida se te presentan muchas oportunidades que si no aprovechas, puede que nunca vuelvan a repetirse. Pero a veces si las aceptas, puedes dejar de ser tu mismo, y es mejor rechazarlas. Quizá te tires de los pelos o te arrepientas de ello, pero con el tiempo te darás cuenta de que hiciste lo correcto.
Un profesor me dijo que en esta vida hay que ser ambicioso, hay que marcarse metas y superarse, pero tambien me recordó que hay otras personas en el camino, que podran querer lo que quieres tu y algunos lucharan por ello honestamente y otros no.
Nunca juego si el terreno de juego no otorga las mismas oportunidades a ambos contrincantes, y prefiero retirarme antes que perder un partido en el qué se sabe de antemano que no voy a ganar.
Dicen que tu condición en esta sociedad depende del punto de la piramide en que te encuentres: cada exito te subirá mas al vertice. Solo asi obtendrás respeto y reconocimiento.
Pero hay algo que la sociedad no entiende o no valora: el juego limpio y la honestidad. Parece que ya todo se reduce a: el fin justifica los medios.
Ante muchas situaciones en las que pierdo justamente porque el otro es mejor, mis contrincantes me consideran inferior a ellos y no lo discuto. Pero en otras en las que decido retirarme porque no se da igual de condición, presumirán de mi derrota ante otros pero ellos mismos sabrán que en realidad, lo que tienen no lo han logrado limpiamente, y por mucho que lo escondan, lo oculten o lo disfracen, les pesará y en su conciencia quedará.
La conciencia, eso es, de un alma noble, de un corazon puro, a veces, se ensucia, se deja envenenar y pierde su esencia de bondad. Eso le pasa a algunos, a otros como yo, no, puesto que mi nobleza y humildad estan por delante de cualquier suculenta o fraudulenta oportunidad.
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